El impacto de la pirotecnia en animales
24 de diciembre de 2025
La utilización de pirotecnia sonora durante celebraciones vuelve a encender una preocupación recurrente: el impacto que generan los estruendos en niños, personas mayores, personas con autismo y, especialmente, en los animales. Aunque en la Ciudad de Buenos Aires está prohibido el uso de pirotecnia con efecto audible, la normativa no siempre se cumple y los efectos negativos se repiten cada año.
Especialistas advierten que perros y gatos poseen un oído mucho más sensible que el humano. Según un relevamiento de la Universidad de San Sebastián, en Chile, cerca del 80% de los animales sufre miedo intenso y estrés ante ruidos fuertes, lo que puede derivar en ansiedad, conductas de huida y escapes del hogar. Esta reacción responde a su instinto de supervivencia frente a lo que perciben como una amenaza extrema.
Ante este escenario, veterinarios y adiestradores recomiendan tomar medidas preventivas. Entre ellas, cerrar puertas y ventanas para reducir el ingreso del ruido, no atar ni encerrar a las mascotas y ofrecerles un espacio seguro dentro del hogar, con mantas u objetos familiares. También es importante dejarles agua fresca disponible y acompañarlos con una actitud calma y protectora.
Además, se desaconseja cualquier tipo de castigo frente a conductas asociadas al miedo, como ladridos, temblores o intentos de escape. Por el contrario, se sugiere calmarlos con palabras suaves y caricias. En algunos casos, puede aplicarse una técnica de desensibilización progresiva, acostumbrándolos gradualmente a ciertos sonidos y asociándolos a experiencias positivas, siempre bajo orientación profesional.
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