Aliado inesperado

Doña, cuando la política y la ciencia pasan por la TV argentina, siempre queda lugar para el show. Anoche, Eduardo Feinmann protagonizó un momento que mezcló sorpresa, ironía y debate: mientras comentaba el pedido de algunas streamers para cambiar los nombres de órganos reproductivos femeninos —muchos bautizados en honor a médicos varones—, el conductor terminó lanzando frases que encendieron el estudio y las redes.

Entre menciones a las trompas de Falopio y referencias históricas a anatomistas como Graf o Müller, la charla pasó de un apunte médico a un sketch improvisado. Feinmann, con su ironía característica, pareció por un momento abanderar una causa feminista, pero los chistes subidos de tono y la exageración lo dejaron en el centro de las críticas.

El episodio, aunque con momentos humorísticos, abrió una discusión real: el legado patriarcal en la ciencia y cómo los medios convierten debates serios en material de archivo. Redes sociales y panelistas dividieron aguas entre quienes lo tomaron como una broma inocente y quienes señalaron que minimiza un tema sensible.

En Argentina, donde el límite entre análisis y entretenimiento es borroso, Bendita suma una nueva joya: un conductor que, entre risas, terminó protagonizando un debate sobre feminismo, ciencia y el poder de la televisión para transformar cualquier tema en espectáculo.

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