Cocodrilo que se duerme..

Camila Deniz, conocida en redes como Camilota, quedó en el ojo de la tormenta tras ser acusada de usar dinero donado para los gastos médicos de su hermano Thiago Medina —quien sufrió un grave accidente— para darse una escapada a un lujoso spa. La influencer había pedido ayuda económica a sus seguidores mientras su hermano permanecía internado en el Hospital Mariano y Luciano de la Vega, apelando a la solidaridad en redes.

Sin embargo, la calma duró poco. Días después, Camilota compartió en Instagram imágenes en un jacuzzi, con una copa de espumante y la frase “Hoy no resolví todo, pero me elegí a mí”. El posteo fue suficiente para que estallara la indignación: los usuarios la acusaron de “usar la plata del pueblo para las burbujas”.

Ante la lluvia de críticas, la joven se defendió diciendo que nadie sabe lo que vivió y que “una spa no borra el dolor, solo ayuda a respirar”. Aun así, el daño estaba hecho y el episodio se convirtió en tema de debate entre quienes la acusan de falta de sensibilidad y quienes la defienden por tomarse “cinco minutos de paz” después de semanas difíciles.

El caso de Camilota vuelve a poner en discusión los límites entre la exposición, la empatía y la moral en tiempos de redes, donde todo se juzga, incluso un baño de espuma.

Podés seguirnos en nuestras redes sociales:

Facebook

Instagram 

X

#Sumate de lunes a viernes a las 20:30 por elnueve.com.ar